Como cada miércoles, el Papa Francisco presidió la Audiencia General ante la presencia de numerosos fieles y peregrinos que le escuchaban en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Continuando con su ciclo de catequesis sobre la “pasión por la evangelización y el celo apostólico”, explicó que evangelizar “es más que una simple transmisión doctrinal y moral”, ya que “no se puede evangelizar sin testimonio”.
Señaló, además, que todo comienza “con un encuentro personal con Jesucristo” y, tomando como ejemplo la Exhortación Apostólica de San Pablo VI Evangelii nuntiandi, recordó que el testimonio de los cristianos es indispensable en el mundo actual.
A continuación, advirtió sobre la “hipocresía” de algunos cristianos que viven como si no lo fueran. Por ello, declaró que “el testimonio no puede prescindir de la coherencia entre lo que se cree, lo que se anuncia y aquello que se vive”. Para el Pontífice, “una persona es creíble si hay armonía entre lo que cree y lo que vive”.
Volviendo a Evangelii nuntiandi, el Papa Francisco destacó algunas de las preguntas de Pablo VI: “¿Creéis verdaderamente en lo que anunciáis? ¿Vivís lo que creéis? ¿Predicáis verdaderamente lo que vivís?” (cfr ibid.).